La enfermedad de Lou Gehrig, conocida formalmente como esclerosis lateral amiotrófica o ELA, es una rara familia de enfermedades neurológicas que involucran las células nerviosas responsables de controlar el movimiento muscular voluntario, como masticar, caminar, respirar y hablar. La enfermedad de Lou Gehrig es progresiva, donde la condición se vuelve más severa con el tiempo. La enfermedad de Lou Gehrig recibe su nombre del jugador de béisbol del Salón de la Fama, Lou Gehrig, a quien se le diagnosticó la enfermedad en 1939 a los 36 años.
Los síntomas de la enfermedad de Lou Gehrig pueden ser inicialmente tan sutiles que se pasan por alto. Sin embargo, los síntomas se convierten en una debilidad o atrofia más obvia que puede hacer que un médico sospeche la enfermedad de Lou Gehrig.
Los primeros síntomas de la enfermedad de Lou Gehrig pueden incluir:
El primer signo de la enfermedad de Lou Gehrig puede aparecer en la mano o en el brazo, ya que una persona tiene dificultades para realizar tareas sencillas, como abrocharse una camisa, escribir o girar una llave en un candado.Independientemente de dónde aparezcan los primeros síntomas, la debilidad muscular y la atrofia se diseminan a otras partes del cuerpo a medida que la enfermedad progresa. Las personas pueden desarrollar problemas con el movimiento, la deglución (disfagia), hablar o formar palabras (disartria) y la respiración (disnea). Aunque la secuencia de síntomas emergentes y la tasa de progresión de la enfermedad varían de persona a persona, con el tiempo las personas no podrán pararse o caminar, ni siquiera para levantarse o levantarse de la cama, ni usar sus manos y brazos.
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La causa de la enfermedad de Lou Gehrig es desconocida, y los científicos aún no saben por qué la enfermedad de Lou Gehrig afecta a algunas personas y no a otras. Sin embargo, la evidencia de estudios científicos sugiere que tanto la genética como el medioambiente juegan un papel en el desarrollo de la enfermedad de Lou Gehrig. Un paso importante para determinar los factores de riesgo de la enfermedad de Lou Gehrig se realizó en 1993 cuando científicos respaldados por el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS) descubrieron que las mutaciones en el gen SOD1 estaban asociadas con algunos casos de enfermedad familiar de Lou Gehrig. Los investigadores de la enfermedad de Lou Gehrig también están estudiando el impacto de los factores ambientales. Los investigadores están investigando una serie de posibles causas, como la exposición a agentes tóxicos o infecciosos, virus, trauma físico, dieta y factores de comportamiento y ocupacionales.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades estiman que entre 14,000 y 15,000 estadounidenses tienen la enfermedad de Lou Gehrig.
Existen varios factores de riesgo potenciales para la enfermedad de Lou Gehrig, que incluyen:
Actualmente, no hay cura para la enfermedad de Lou Gehrig. Sin embargo, hay tratamientos disponibles que pueden ayudar a controlar los síntomas, prevenir complicaciones innecesarias y facilitar la vida con la enfermedad.
Incluyen:
La mayoría con la enfermedad de Lou Gehrig tienen una vida útil de tres a cinco años desde que aparecen los primeros síntomas. Sin embargo, alrededor del 10 por ciento de las personas con la enfermedad de Lou Gehrig sobreviven durante 10 o más años.
La misión del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS) es buscar conocimiento fundamental sobre la enfermedad de Lou Gehrig. Los objetivos de la investigación de NINDS sobre la enfermedad de Lou Gehrig son comprender los mecanismos implicados en el desarrollo y progresión de la enfermedad, investigar la influencia de la genética y otros factores de riesgo potenciales, identificar biomarcadores y desarrollar tratamientos nuevos y más efectivos.
Un factor universal para quienes viven con la enfermedad de Lou Gehrig es la pérdida progresiva de la capacidad de caminar, lo que requiere el uso de una silla de ruedas eléctrica. Quantum Rehab, el líder mundial en soluciones de sillas de ruedas eléctricas individualizadas, pone énfasis en las tecnologías de movilidad específicas para quienes viven con la enfermedad de Lou Gehrig. Las sillas de energía Quantum® incorporan asientos ajustables para el reposicionamiento y la comodidad del usuario; controles de manejo especiales, que incluyen el uso de un solo dedo o la cabeza para operar la silla eléctrica; y, un diseño altamente adaptable para satisfacer las necesidades actuales y futuras de un individuo.
Las sillas Quantum Power cuentan con las últimas tecnologías avanzadas para aumentar la independencia de quienes viven con la enfermedad de Lou Gehrig. La tecnología de elevación de asiento iLevel® permite al usuario operar la silla eléctrica a una altura sentada o de pie. Bluetooth® también está integrado en la electrónica Q-Logic 3 de Quantum, por lo que aquellos con la enfermedad de Lou Gehrig pueden operar gran parte de su entorno con el control de la transmisión de la silla eléctrica.
En general, las sillas eléctricas Quantum están diseñadas para brindar a las personas que viven con Esclerosis Lateral Amiotrófica un confort médico óptimo y la máxima independencia. Haga clic aquí para obtener más información sobre las soluciones de Quantum Power Chair para quienes viven con la enfermedad de Lou Gehrig.
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