El síndrome post-polio (SPP) es una condición que puede afectar a los sobrevivientes de la polio décadas después de que se recuperan de su infección inicial por poliovirus. Se caracteriza por una serie de problemas de salud, como debilidad muscular, fatiga (mental y física) y dolor por deterioro de las articulaciones, que comienza entre 15 y 40 años después de la infección inicial por poliovirus. El síndrome post-polio afecta a entre 25 y 40 de cada 100 sobrevivientes de polio.
Por lo general, los sobrevivientes de polio comienzan a experimentar un nuevo debilitamiento gradual en los músculos que previamente se vieron afectados por la infección del polio. Los síntomas más comunes incluyen debilidad muscular lentamente progresiva, fatiga (tanto generalizada como muscular) y una disminución gradual en el tamaño de los músculos (atrofia muscular). El dolor por la degeneración articular y el aumento de las deformidades esqueléticas, como la escoliosis (curvatura de la columna vertebral) es común y puede preceder a la debilidad y la atrofia muscular. Algunas personas experimentan sólo síntomas menores mientras que otras desarrollan debilidad y atrofia muscular.
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El diagnóstico del síndrome post-polio se basa casi por completo en la información clínica. No existen pruebas de laboratorio específicas para esta afección y los síntomas varían mucho entre las personas. Los médicos diagnostican el síndrome post-polio después de completar una historia médica completa y un examen físico, y al excluir otros trastornos que podrían explicar los síntomas.
Los médicos buscan los siguientes criterios al diagnosticar el síndrome post-polio:
Los sobrevivientes de la polio con síntomas nuevos que se asemejan a los síntomas posteriores a la polio deben considerar buscar tratamiento con un médico capacitado en trastornos neuromusculares.
Actualmente no existen tratamientos farmacéuticos efectivos que puedan detener el deterioro o revertir los déficits causados por el síndrome en sí. Sin embargo, varios estudios controlados han demostrado que los ejercicios no fatigosos pueden mejorar la fuerza muscular y reducir el cansancio. La mayoría de los ensayos clínicos en el síndrome post-polio se han centrado en encontrar terapias seguras que puedan reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida.
El síndrome post-polio rara vez pone en riesgo la vida, pero los síntomas pueden interferir significativamente con la capacidad de un individuo para funcionar de manera independiente. La debilidad de los músculos respiratorios, por ejemplo, puede causar problemas con la respiración adecuada, afectando las funciones diurnas y el sueño. La debilidad en la deglución de los músculos puede provocar la aspiración de alimentos y líquidos a los pulmones y provocar neumonía. Por lo tanto, la salud general debe ser monitoreada de cerca.
Muchos de los que padecen el síndrome post-polio experimentan la pérdida progresiva de la capacidad para caminar y posicionarse, lo que requiere el uso de una silla de ruedas eléctrica especial. Quantum Rehab®, el líder mundial en sillas eléctricas individualizadas, pone énfasis en las tecnologías de movilidad específicas para las necesidades de aquellos con síndrome post-polio.
Las sillas de energía Quantum incorporan asientos ajustables para el reposicionamiento y la comodidad del usuario; controles especiales de manejo, incluyendo aquellos que requieren una fuerza de mano mínima; y, un diseño altamente adaptable para satisfacer las necesidades actuales y futuras de un individuo.
Las sillas Quantum Power cuentan con las últimas tecnologías avanzadas para aumentar la independencia de las personas que viven con el síndrome post-polio. La tecnología de elevación de asiento iLevel® permite al usuario operar la silla eléctrica a una altura sentada o de pie. Bluetooth® también está integrado en la electrónica Q-Logic 3 de Quantum, por lo que las personas con distrofia muscular pueden operar gran parte de su entorno con el control de la misma.
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